Es unánime el comentario de que hoy en todos los niveles del Estado tenemos unos gobernantes, o al menos muchos de ellos, en muchas ocasiones corruptos e ineptos. Y, hemos sido nosotros los que los hemos elegido.
Por Miguel Ferré. 30 septiembre, 2022.Estimados amigos, como profesor del PAD, en el Área de Toma de Decisiones, durante muchos años, me ha parecido oportuno transmitirles algunos conceptos que uso en mis clases, los cuales creo que encajan bien para elegir a nuestros candidatos.
A la hora de elegir una autoridad, es conveniente tener criterios que faciliten tomar una buena decisión. Al no tenerlos, es muy corriente votar por alguien que, en su actuar posterior, nos decepcione, dándonos cuenta de que nos hemos equivocado y que, sin embargo, ya no hay vuelta atrás hasta el siguiente periodo.
Es unánime el comentario de que hoy en todos los niveles del Estado tenemos unos gobernantes, o al menos muchos de ellos, en muchas ocasiones corruptos e ineptos. Y, hemos sido nosotros los que los hemos elegido.
Por ello, es muy importante preguntarse qué cualidades debe tener un gobernante, al que le damos poder. No es se trata de solo saber qué tan bien habla o qué tanto promete sino de saber si va a poder ejecutar sus promesas o si va a sucumbir a la tentación del uso del poder que la ciudadanía le otorga.
Tener poder para servir es el ideal de quien quiere el bien para los demás; pero es fácil -si no se tienen virtudes- servirse del poder para beneficio propio. Y, esto es la esencia de la corrupción que se da en todos los niveles de la sociedad.
¿Cuáles deben ser, a mi juicio, los criterios para elegir al candidato? Principalmente, tendríamos que evaluar dos aspectos fundamentales:
a) Si tiene capacidad para ejecutar lo que promete. No basta con que plantee un plan de gobierno con resultados concretos en beneficio de la población, lo cual es realmente muy importante; ni siquiera que se vea que es factible su ejecución, sino que hay que ver su trayectoria personal y profesional para saber qué tanto ha logrado a lo largo de su vida los objetivos que se ha planteado.
b) Honestidad y coherencia de vida. Uno se puede equivocar, porque es de humanos errar, pero lo más importante es – y esto hay que verlo en su trayectoria- que sea alguien que a lo largo de su vida se haya preocupado por los demás de modo tangible. Esto puede verse tanto si ha trabajado en el sector público o en el privado.
Por tanto, amigos, a la hora de elegir a su candidato en las urnas, piensen si las nuevas autoridades van a poder cambiar aquello de lo que todos estamos hartos y asqueados: la ineptitud y la corrupción.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.